Aplicamos un proceso de diagnóstico por niveles, que nos permite identificar claramente la falla o síntoma que presenta el componente o si esta no proviene del turbo:
NIVEL I: Signos exteriores, inspección visual, medición de tolerancias. Sin desarmar el componente.
NIVEL II: Montaje en el Banco de Pruebas para verificar el desempeño del funcionamiento en condiciones reales tanto de temperatura, presión de aceite y carga máxima.
NIVEL III: Desarmado del turbo para verificar minuciosamente cada parte del turbocompresor. En cada nivel se genera un reporte o informe detallado y con imágenes si nuestros clientes lo solicitan.